Bonos convertibles del Banco Popular
El Tribunal Supremo se ha pronunciado este verano sobre este producto del Banco Popular en los mismos términos que los productos de deuda subordinada y participaciones preferentes: son un producto financiero complejo, el perfil de los compradores tenía que ser el de un experto y, por si esto no fuera suficiente, se comercializaron con la simple entrega de un tríptico de difícil comprensión. Con la sentencia del Tribunal Supremo de 17 de junio de 2016 llega hasta el final de la escala judicial esta controversia y, al estilo de las anteriores en materia de productos bancarios complejos, se resuelve a favor de devolver la inversión a los afectados por este producto.
Es la primera vez que el Tribunal Supremo resuelve un recurso en el que aparece este producto en concreto. El Banco Popular lo comercializó a prácticamente 22.000 personas y no hace demasiadas semanas que la Comisión Nacional del Mercado de Valores ya lo sancionó por la mala comercialización de este producto entre clientes de perfil consumidor y no expertos.
El Tribunal Supremo asimila este producto del Banco Popular a un producto financiero complejo, que requería informar a los clientes de los riesgos, aparte de la elaboración de los conocidos como tests de conveniencia e idoneidad.
La acción de anulación por vicio en el consentimiento que frecuentemente se ha utilizado para este tipo de casos podría tener problemas de caducidad porque han transcurrido cuatro años desde que se produjo la conversión obligatoria de bonos en acciones el 18 de junio del 2012. Pero, no obstante, a la vista de esta sentencia, puede subsistir aún la reclamación por la vía de los daños y perjuicios. Los ahorradores que vieron devaluada su inversión tienen recorrido y precedente judicial para, sea por una vía u otra en función del estudio del caso, recuperar su inversión.
